Que lugar ocupa Dios en tu vida?
¿Qué lugar ocupa Dios en tu vida?
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”. Mateo 6:33
¿Hay alguna motivación en tu vida que tome el lugar de Dios en tu corazón? Quizás sea alcanzar cierto nivel de posición o disfrutar determinada clase de relación. Tú sabes cuál es dicha motivación porque consume tus pensamientos, tus oraciones y te hace pasar noches en vela. Desdichadamente, esto también puede estar evitando que cumpla los planes de Dios.
En el centro de lo que quisiéramos conseguir está la voluntad personal, el impulso incontrolado dentro de nosotros que nos exige seguir nuestro propio camino. Así que al pensar en descubrir la voluntad de Dios debemos ser conscientes de que nuestras mentes pueden estar tan invadidas con nuestras propias metas, que podemos volvernos insensibles a los requerimientos del Señor. No permitamos que esto ocurra.
Dios quiere satisfacer los anhelos más profundos que tienes en tu corazón. Sí, puede que Él tenga una manera distinta de satisfacer tu alma de la que hubieras elegido. Pero anímate , el Señor no es insensible ante los deseos que tienes, de hecho, los responde más plenamente de lo que pueda imaginar. No obstante, toma en cuenta que Dios siempre está vigilante para asegurarse de que nada ni nadie distinto a Él se instale en el trono de tu corazón, lugar que le corresponde únicamente al Señor. Haz entonces de Dios tu motivación primordial y entrégale cada uno de tus anhelos.
Jesús nos enseñó a "buscar el Reino de Dios sobre todas las cosas" Es decir, debemos buscar las cosas de Dios por encima de las cosas del mundo. Debemos buscar la salvación inherente al reino de Dios, considerándola más valiosa que todas las riquezas del mundo juntas (véase Mateo 13:44-46). La promesa asociada al mandato es que, si ponemos a Dios en primer lugar, "él os dará todo lo que necesitéis"
Los que ponen a Dios en primer lugar se distinguirán del resto del mundo. Obedecerán los mandatos de Dios (Juan 14:15), tomarán su cruz y seguirán a Jesús (Lucas 9:23), y no abandonarán su primer amor (Apocalipsis 2:4). Dan a Dios las primicias, no las sobras. La vida cristiana se caracteriza por el servicio desinteresado a Dios en cada momento, que fluye del amor a Él y a Su pueblo. En todas las cosas, el creyente confía, obedece y ama a Dios por encima de todo. Poner a Dios en primer lugar es más fácil cuando tomamos en serio las palabras de Romanos 11:36: "Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén".
Para pensar.
Dile, Jesús, revélame cualquier obstinación que esté obstaculizando tu propósito en mí y tomando el lugar que te corresponde en el trono de mi corazón.
“Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”. Mateo 6:33
¿Hay alguna motivación en tu vida que tome el lugar de Dios en tu corazón? Quizás sea alcanzar cierto nivel de posición o disfrutar determinada clase de relación. Tú sabes cuál es dicha motivación porque consume tus pensamientos, tus oraciones y te hace pasar noches en vela. Desdichadamente, esto también puede estar evitando que cumpla los planes de Dios.
En el centro de lo que quisiéramos conseguir está la voluntad personal, el impulso incontrolado dentro de nosotros que nos exige seguir nuestro propio camino. Así que al pensar en descubrir la voluntad de Dios debemos ser conscientes de que nuestras mentes pueden estar tan invadidas con nuestras propias metas, que podemos volvernos insensibles a los requerimientos del Señor. No permitamos que esto ocurra.
Dios quiere satisfacer los anhelos más profundos que tienes en tu corazón. Sí, puede que Él tenga una manera distinta de satisfacer tu alma de la que hubieras elegido. Pero anímate , el Señor no es insensible ante los deseos que tienes, de hecho, los responde más plenamente de lo que pueda imaginar. No obstante, toma en cuenta que Dios siempre está vigilante para asegurarse de que nada ni nadie distinto a Él se instale en el trono de tu corazón, lugar que le corresponde únicamente al Señor. Haz entonces de Dios tu motivación primordial y entrégale cada uno de tus anhelos.
Jesús nos enseñó a "buscar el Reino de Dios sobre todas las cosas" Es decir, debemos buscar las cosas de Dios por encima de las cosas del mundo. Debemos buscar la salvación inherente al reino de Dios, considerándola más valiosa que todas las riquezas del mundo juntas (véase Mateo 13:44-46). La promesa asociada al mandato es que, si ponemos a Dios en primer lugar, "él os dará todo lo que necesitéis"
Los que ponen a Dios en primer lugar se distinguirán del resto del mundo. Obedecerán los mandatos de Dios (Juan 14:15), tomarán su cruz y seguirán a Jesús (Lucas 9:23), y no abandonarán su primer amor (Apocalipsis 2:4). Dan a Dios las primicias, no las sobras. La vida cristiana se caracteriza por el servicio desinteresado a Dios en cada momento, que fluye del amor a Él y a Su pueblo. En todas las cosas, el creyente confía, obedece y ama a Dios por encima de todo. Poner a Dios en primer lugar es más fácil cuando tomamos en serio las palabras de Romanos 11:36: "Porque de él, y por él, y para él, son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén".
Para pensar.
Dile, Jesús, revélame cualquier obstinación que esté obstaculizando tu propósito en mí y tomando el lugar que te corresponde en el trono de mi corazón.
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