Tus promesas

Tus promesas

“Ofrece a Dios sacrificio de alabanza, y paga tus votos al Altísimo.” Salmo 50:14

Las promesas son un reflejo de nuestro compromiso.
A lo largo de nuestra vida cristiana, hay momentos en los que, movidos por el amor, la gratitud o la necesidad, hacemos votos al Señor. Le prometemos servirle con fidelidad, ofrendar con generosidad, orar con constancia o vivir con santidad. Sin embargo, con el tiempo, la emoción inicial se desvanece y esas promesas pueden quedar en el olvido.

Dios valora nuestra integridad. 
No porque Él dependa de nuestras palabras, sino porque el cumplimiento de nuestros votos refleja la sinceridad de nuestro corazón. Pagar lo que prometimos no es solo una cuestión de palabras, sino de obediencia y amor.

El salmista nos recuerda que parte de este pago es ofrecer sacrificios de alabanza.
En otras palabras, Dios no solo quiere nuestro compromiso material, sino también nuestro corazón lleno de gratitud y adoración.

Para pensar.
Si hemos hecho promesas a Dios, este es el momento de reflexionar:
¿Hemos cumplido lo que dijimos en tiempos de necesidad?
¿Hemos sido fieles en lo que nos comprometimos con el Señor?
Hoy es un buen día para recordar nuestros votos y honrar a Dios con ellos. Porque Él siempre cumple lo que promete, y nosotros, como hijos suyos, debemos hacer lo mismo.