Humildad...

Humildad…
 “Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” 1 Pedro 5:5
 
La humildad es una virtud que engrandece el espíritu y abre puertas al crecimiento.

"Como el río que fluye sin resistirse, acepto con humildad lo que la vida me ofrece. Cada experiencia, dulce o amarga, es una lección que me acerca a mi esencia. No soy dueño del viento, ni de la luz, pero soy capaz de agradecer y aprender. En la humildad, encuentro mi fuerza verdadera."

En un mundo donde la autosuficiencia y el orgullo son exaltados, Dios nos llama a un camino diferente: la humildad. Aceptar con humildad no es sinónimo de debilidad, sino de sabiduría. Significa reconocer que no lo sabemos todo, que necesitamos dirección divina y que otras personas también tienen algo que enseñarnos.

Cuando aceptamos una corrección, una situación difícil o incluso una bendición inesperada con humildad, abrimos espacio para que Dios obre en nuestro corazón. La humildad es tierra fértil para que crezca la gracia.

Para pensar

• ¿Qué situación estás enfrentando hoy que requiere humildad? 
• ¿Estás dispuesto a soltar tu orgullo para abrazar el propósito de Dios