Mujer Virtuosa
Mujer virtuosa
«¡El SEÑOR te bendiga, hija mía!», exclamó Booz. «Muestras aún más lealtad familiar ahora que antes, pues no has ido tras algún hombre más joven, sea rico o pobre. Ahora, hija mía, no te preocupes por nada. Yo haré lo que sea necesario, porque todo el pueblo sabe que eres una mujer virtuosa». Rut 3.10-11
La relación tierna y bondadosa que existía entre Booz y Rut finalmente floreció y se transformó en una historia de amor. El minucioso cuidado de Booz hacia Rut gestó una idea en el corazón de la suegra de esta, Noemí. La envió una noche a que se recostara, según las costumbres de la época, a los pies de Booz, algo que constituía un pedido de que cumpliera con sus obligaciones de pariente y la tomara como mujer.
La narración muestra que en todo momento Rut se movió con una actitud de profundo respeto y pureza. Esperó a que Booz se acostara y luego llegó hasta donde estaba cuando ya no había más luz. Se ubicó en la posición que ocupaban los siervos y se levantó temprano, para retirarse del lugar, antes de que fuera empañado el testimonio de Booz por los comentarios de sus obreros.
Su forma de proceder es coherente con el estilo de vida que había cultivado desde que llegó a Belén, y Booz da testimonio de que todo el pueblo había notado las virtudes de una mujer cuyo proceder había sido intachable en todas las áreas de la vida.
El comentario de Booz ofrece el corolario perfecto al mensaje que une los diferentes incidentes en el libro de Rut. En la vida de Rut se cumplió la promesa que contiene el Salmo 37.3-4: «Confía en el SEÑOR y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás. Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón».
Su afán por honrar a Dios y hacer todo el bien posible a su suegra Noemí abrió las puertas para que el Señor la prosperara y también le concediera los anhelos más profundos de su corazón.
La historia de Rut, sin embargo, no gira en torno al beneficio exclusivo que cosechó ella. Booz testifica de cómo su comportamiento virtuoso impactó a toda la gente de la zona, especialmente porque era una extranjera. Este es el fruto claro y medible de vivir con el objetivo de hacer el bien en todas las oportunidades que a uno se le presentan. Los que observan esta forma de actuar, que es llamativa por ser marcadamente distinta a la de la mayoría de los habitantes de la tierra, no pueden evitar la admiración y el respeto que esto despierta.
Así ocurrió en la vida de la Madre Teresa. Millones de personas sin ninguna inclinación religiosa se vieron seducidas por la vida de una persona que se entregó sin reservas a hacer el bien a los más olvidados de la tierra.
Para pensar.
«No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz». Teresa de Calcuta
«¡El SEÑOR te bendiga, hija mía!», exclamó Booz. «Muestras aún más lealtad familiar ahora que antes, pues no has ido tras algún hombre más joven, sea rico o pobre. Ahora, hija mía, no te preocupes por nada. Yo haré lo que sea necesario, porque todo el pueblo sabe que eres una mujer virtuosa». Rut 3.10-11
La relación tierna y bondadosa que existía entre Booz y Rut finalmente floreció y se transformó en una historia de amor. El minucioso cuidado de Booz hacia Rut gestó una idea en el corazón de la suegra de esta, Noemí. La envió una noche a que se recostara, según las costumbres de la época, a los pies de Booz, algo que constituía un pedido de que cumpliera con sus obligaciones de pariente y la tomara como mujer.
La narración muestra que en todo momento Rut se movió con una actitud de profundo respeto y pureza. Esperó a que Booz se acostara y luego llegó hasta donde estaba cuando ya no había más luz. Se ubicó en la posición que ocupaban los siervos y se levantó temprano, para retirarse del lugar, antes de que fuera empañado el testimonio de Booz por los comentarios de sus obreros.
Su forma de proceder es coherente con el estilo de vida que había cultivado desde que llegó a Belén, y Booz da testimonio de que todo el pueblo había notado las virtudes de una mujer cuyo proceder había sido intachable en todas las áreas de la vida.
El comentario de Booz ofrece el corolario perfecto al mensaje que une los diferentes incidentes en el libro de Rut. En la vida de Rut se cumplió la promesa que contiene el Salmo 37.3-4: «Confía en el SEÑOR y haz el bien; entonces vivirás seguro en la tierra y prosperarás. Deléitate en el SEÑOR, y él te concederá los deseos de tu corazón».
Su afán por honrar a Dios y hacer todo el bien posible a su suegra Noemí abrió las puertas para que el Señor la prosperara y también le concediera los anhelos más profundos de su corazón.
La historia de Rut, sin embargo, no gira en torno al beneficio exclusivo que cosechó ella. Booz testifica de cómo su comportamiento virtuoso impactó a toda la gente de la zona, especialmente porque era una extranjera. Este es el fruto claro y medible de vivir con el objetivo de hacer el bien en todas las oportunidades que a uno se le presentan. Los que observan esta forma de actuar, que es llamativa por ser marcadamente distinta a la de la mayoría de los habitantes de la tierra, no pueden evitar la admiración y el respeto que esto despierta.
Así ocurrió en la vida de la Madre Teresa. Millones de personas sin ninguna inclinación religiosa se vieron seducidas por la vida de una persona que se entregó sin reservas a hacer el bien a los más olvidados de la tierra.
Para pensar.
«No debemos permitir que alguien se aleje de nuestra presencia sin sentirse mejor y más feliz». Teresa de Calcuta
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